El peso del caballo sobrecarga naturalmente en la parte anterior del cuerpo; es por esto que en virtud del principio que opone las fuerzas al peso en el orden natural, la naturaleza ha dado un gran poder a los músculos posteriores del caballo, que debe en las diferentes marchas y principalmente en el galope no solamente recibir el peso del tercio anterior, sino también impulsar toda la masa hacia delante; lo dejo claro Francois Baucher en su libro: “Obras Completas”, que por cierto está prologado por José Manuel Sales Pons un gran caballista de este país. También nos indica lecciones para hacerlo más sosegado y confiado, y ejercicios para hacerlo más dócil al montar y avanzar en su educación. Alterna movimientos de reunión con las flexiones de mandíbula, para obtener ligereza.
Lucy Rees en su libro “La lógica del caballo” habla mucho del físico del caballo, de cómo debe ser y como ejercitarlo para que el caballo esté en forma, hacer de él un atleta; y nos dice que el caballo necesita moverse para encontrarse en forma, si vive en un espacio grande con subidas y bajadas, estará en forma. Si vive en la cuadra se le dejara en una pista para que se desfogue y estire, revuelque, empezando a montarle primero al paso luego ir subiendo, al final de la sesión continuar al paso durante unos diez minutos. Si lo calentamos dando cuerda, dejar que el caballo se estire, brincando y revolcándose.
Continua diciendo que el motor del caballo son sus cuartos traseros, su poder se transmite hacia delante a través de las vértebras lumbares. La función de los brazos es recibir y dirigir la fuerza. Y para fortalecer los cuartos traseros, ser realizaran los siguientes ejercicios: paseos activos, transiciones limpias, subidas, trotar cuesta arriba, parar, dos pasos atrás y salir al trote. Los abdominales bien desarrollados redondean el dorso, para fortalecerlos se hacen subidas en terreno desigual, trote en círculos en la pista, saltar cavalettis colocados a 30 centímetros. El dorso, se fortalece con los ejercicios indicados antes pero con la cabeza baja, un poco más alta que la cruz, dejando la riendas sueltas sin molestar su boca, en la pista con palos de tranqueo y obstáculos, subidas fuertes. Los psoas e ilipsoas, son los músculos que utiliza el caballo para meter sus posteriores debajo de su cuerpo, bajando la grupa y redondeando su dorso cuando se reúne, estos músculos se ejercitan haciendo marcha atrás y salida rápida, bajadas fuertes, parada a raya (sin mano), giros rápidos y subidas.
Los ejercicios de trotar cuesta arriba en espalda adentro, les fortalece muchísimo.
Nos enseña que las articulaciones están sujetas por ligamentos. Y los huesos están unidos a los músculos por los tendones. El ligamento nucal es tan largo que permite al caballo dormir de pie con la cabeza colgando al nivel de la cruz. El caballo con la cabeza alta y tirando hacia atrás, el ligamento se afloja y no se mueve el omoplato, el caballo andará con trancos cortos. El braquiocefálico es un músculo fino por debajo del cuello ayuda a extender el brazo. Tenemos en cuenta que si el caballo no extiende su cuello no puede alargar su tranco, el brazo llegara hasta donde llegue su hocico.
La articulación cérvico-torácica que es la base del cuello, ha de trabajar correctamente. José Manuel Sales Pons en sus artículos dice que ve a muchos caballos en apariencia “redondos” pero que no lo están correctamente porque les falta trabajar mejor dicha articulación. Como consecuencia, está la tendencia de precipitar, el paso, el trote o el galope, lo normal es que pesen a la mano o que vayan detrás de la mano. El caballo es el mamífero con el cuello más deformable. Nuestras manos actúan sobre los resortes que hay entre la boca del caballo y la mano de jinete, adaptando el cuello desde la mandíbula hasta la base del cuello. Lo que si puede hacer es retener con las manos y dejar que los pies entren. De esta manera, el caballo, de manera natural cambia su equilibrio. No frenando sino cambiando nuestro equilibrio, los cambios de velocidad del caballo deben hacerse no tirando de las riendas (frenando) sino resistiendo para que pueda cambiar su equilibrio y así reducir la velocidad. Cuando salimos caminando lo primero que hacemos es inclinarnos hacia delante luego movemos un pie. Según Baucher la mejor manera de no confundir al caballo, “piernas sin manos y manos sin piernas”.
José Manuel nos dice que la sinergia cuello/riñones-abdominales es igual en el hombre y en el caballo. Los músculos que hay que fortalecer en el caballo son los abdominales. Así lo reflejo Marie Denoix diciendo que “No hay dorso sin abdominales”.
La nuca y la mandíbula se han tenido muy en cuenta, junto con el resto del cuello, han sido el fundamento de las flexiones, durante mucho tiempo se ha llegado a pensar que la nuca era el centro de operaciones del caballo, siendo importante en sinergia con mandíbula y cuello. La nuca funciona bien cuando está elástica y en el punto más alto del cuello. Continua y Licart nos contesta a la pregunta de “¿Qué es lo que se opone al remetimiento de los pies? El defecto de elasticidad o estado de contracción de los músculos inversores del cuello. Entonces hay que hacer trabajar a estos músculos en elongación (estirándolos). Y esto se obtiene con una gimnasia a base de extensiones e incurvaciones del cuello (...) La extensiones del cuello hacen trabajar simultáneamente los inversores en elongación (...) Las incurvaciones incompatibles con la contracción simultánea de los dos inversores, descomponen y disocian su resistencia conjugada. Es imposible para el caballo incurvar e invertir al mismo tiempo el cuello”.
Nuno Oliveira en su libro “Reflexiones sobre el arte ecuestre” nos habla de la flexibilidad del caballo correctamente trabajado. Cuando el caballo ofrece resistencia a un ejercicio debemos volver al principio de la preparación previa de ejercicios, hasta que obtiene la flexibilidad y relajación necesarias, para comenzar el ejercicio.
“El fin de la doma, es erradicar en el caballo, la rigidez en las articulaciones, desarrollar en ellas la flexibilidad, la tranquilidad en el movimiento con una actitud bien equilibrada”.
La flexibilidad de la columna vertebral. Tiene tres principales flexiones, la antero-posterior, o efecto acordeón que se desarrolla con ejercicios de acortamiento y alargamiento del trote, la flexión sinusoido lateral que se desarrolla con acortamiento y alargamiento del paso y la flexión vertical que se desarrolla con ejercicios en pendiente y con el cuello muy bajo.
El dorso ideal no es ni muy corto ni muy largo. Un caballo puede ser largo, sin tener un dorso largo. Es deseable una grupa larga, que una corta y estrecha.
Para que la posición de los delanteros sea armoniosa con los posteriores del caballo y la actividad del caballo, es que debería ser transmitida, a través de una columna vertical flexible y descontraída.
En la cría de los caballos es fundamental que las yeguas estén sueltas en el campo, y que las fincas donde están tengan monte y desniveles, así tendrán que moverse subiendo y bajando que es donde se musculan los animales. La recría de potros se debe hacer en libertad en amplios terrenos con sus compañeros de manada, donde estarán ejercitándose continuamente, estos animales a los dos o tres años estarán fuertes y flexibles con un físico impresionante.
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