martes, 16 de julio de 2019

LAMER Y MOVER LA MANDÍBULA NO ES UN ACTO DE SUMISIÓN.


Relamerse, mascar o mover su boca está asociado al estrés y lo hacen porque en momentos de tensión se le seca la boca, al mover su boca salivan y se relajan. No solamente lo hacen para bajar la tensión, también lo hacen cuando se concentran o cuando están plácidamente.
El relamerse puede estar asociado al dolor, a la confusión o al miedo. El sistema nervioso simpático funciona cuando tiene estrés y el sistema nervioso parasimpático actúa cuando se relaja. Si un caballo está mascando no quiere decir que esté completamente relajado, pero si nos indica que va disminuyendo la tensión que tenía. En el manejo encontramos muchos momentos de estrés, cuando trabajando le pedimos un ejercicio nuevo, cuando estamos domándole en el redondo, al ponerle la montura, al intentar que suba a un remolque, etc.
Si el caballo se concentra mucho en lo que está haciendo y le estamos pidiendo, cuando le felicitamos o reforzamos con comida por lo bien que lo ha hecho, el caballo mueve su boca y lo hace por haber rebajado la tensión. Realizan estos actos de mascar y relamerse. Cuando se encuentran dos amigos que han sido separados hace tiempo, así disminuye la tensión. Cuando lo trabajamos pie a tierra y al responder le premiamos. Lo hacen lo sementales cuando cortejan a una yegua y logran cubrirla. Cuando damos un masaje o realizamos grooming rascándole donde más le gusta. Cuando comienza a quedarse dormido. Cuando le obligamos a cambiar de situación y no le gusta, como puede ser encerrarlo en una cuadra, hacerle entrar en un remolque, separarlo de sus amigos, todo esto son castigos negativos y pueden hacerles entrar en estrés y en ansiedad.
Entonces, el relamerse y mascar es un acto reflejo para reanudar la salivación, se hace la idea de que ahora puede hacer lo que normalmente hace, que es comer y salivar, se alivia y suelta tensiones. Junto a relamerse pueden realizar bostezos y suspiros.   
Mastican y lamen abriendo y cerrando su boca, a veces saca y esconde la lengua con ritmo, lo hacen a cualquier edad, cuando comen, después de momentos de tensión y cuando juegan los machos.
Los investigadores querían averiguar que sí lamer y mover la mandíbula como si masticaran era un comportamiento de sumisión. Este comportamiento nunca es una señal de sumisión porque los caballos no son sumisos. Ante el agresor el caballo débil se va. Casi siempre lo tienen claro saben si pueden echar a otro o es el otro el que puede echarle a él.
Muchas veces cuando lo estamos domando, se estresa y se pone en marcha su sistema nervioso simpático, si dejamos de presionar regresa a su sistema nervioso parasimpático y empieza a  lamer o a mover la mandíbula, no es cierta la interpretación del humano de que el caballo se está entregando o que está mostrando su sumisión, es una actitud natural que realizan después de una situación estresante, no es una muestra de sumisión.
En una sesión de Coaching con Caballos experimente que un caballo lamia constantemente las manos de los presentes, la interpretación es variada, pudiera ser que estuviera pasando una tensión mental y emocional por la presencia de tanta gente y tantas energías juntas. Antes de lamer es posible que tuviera un momento de estrés secándosele la boca y lamiendo soltara tensiones y comenzara a salivar.
En otra ocasión en la que no había tanta gente como en el caso anterior, fui a ver a una yegua que nos la cedían para hacer terapias con caballos, estaba en un corral grande, después de un rato se acerco a mí y comenzó a lamerme las manos. Yo hago mi interpretación, la yegua se estreso por mi presencia, pero al ver que no tenía motivos para estar tensa se acercó y lamiéndome me quiso decir que estaba de acuerdo en que estableciéramos una relación de amistad. También percibió que pronto dejaría de estar con las personas con las que hasta entonces había vivido.
Los potros pequeños en presencia de caballos adultos, ante personas que no conocen o delante de objetos nuevos, mueven la boca con ritmo con su cuello estirado y a veces dobla sus rodillas. A este gesto se le llama “boquear” y nos quiere decir: «soy muy pequeño, me rindo… no me hagas nada».
Todos los caballos salvajes realizan el acto de lamer y mover la mandíbula, no solamente los débiles, también los que agreden y acosan, se ha observado que estos últimos lo hacen más. Los comportamientos antes de masticar eran por tensión y después de masticar estaban relajados. Lamen o mastican sin comida cuando están relajados, pero ¿mastican cuando se relajan? o ¿mastican para relajarse?

Fuente consultada: https://equitationscience.com

David Muriel Holgado.

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