miércoles, 22 de mayo de 2019

LA ALIMENTACIÓN DE LOS CABALLOS JÓVENES.


Definitivamente, el potro desde que nace deberá permanecer en el campo la mayor parte del día, para que haga ejercicio y tome sol, así tendrá un buen desarrollo óseo y muscular previniendo la osteocondritis y la osteocondrosis. Un nutricionista establecerá las dietas apropiadas a cada edad del potro en crecimiento, dieta equilibrada en energía, proteínas, vitaminas y minerales como el calcio, el fósforo, cobre, zinc y magnesio principalmente. No es bueno que en su alimentación reciba exceso de energía. Alimentarlo bien el primer año de vida nos asegura tener un caballo sano en el futuro.

Con tan solo diez días de edad, empieza a picotear junto a su madre la hierba del prado, el heno y el pienso de ésta. Podemos al mes dar un pienso en pellet para potros, para asegurarnos que come su pienso se lo damos en un comedero para potros llamado “Ceep Feeder” en el que solamente pueden entrar potros pequeños y procuramos que no coma el pienso de su madre, o le damos a la yegua un pienso adaptado a ambos. El pienso que damos al potro tendrá un nivel proteínico entre el 14 y el 18 %, con una buena proporción entre calcio y fosforo, al igual que otros minerales como el cobre, zinc, minerales quelados; vitamina E necesaria para una absorción correcta; aminoácidos lisina, metionina y threonina. Además del pienso, nos aseguramos de proporcionarle un buen forraje porque la leche de su madre no será suficiente. 

En libertad, si la madre está preñada lo desteta unos meses antes de parir al próximo potro, más o menos cuando el potro cumpla los nueve meses. Si no está preñada lo tendrá mamando más tiempo.
Entre los tres y cuatro meses del nacimiento empieza a reducirse la leche de la yegua. Destetamos al menos a partir de los seis meses de edad, el potro al otro lado de una valla, donde puedan verse, olerse y dormir juntos. Si notamos endurecimiento en las mamas podemos ordeñar a la yegua, sin vaciarla del todo, para que no genere más leche. No es mala idea que cuando a la madre se le haya retirado la leche el potro vuelva a vivir en el mismo grupo en el que se encuentra su madre. El destete debe ser gradual para causar el mínimo de estrés y damos el mismo pienso y forraje que estuviera tomando antes. Un mal destete realizado de manera brusca y demasiado pronto puede causar problemas psicológicos y de crecimiento. En la cuadra puede que al no encontrar la ubre de su madre chupe cualquier otra cosa produciendo la estereotipia de tragar aire.
Si en el destete el potro está estresado y le damos pienso, lo come rápido, no mastica ni saliva lo suficiente para neutralizar el ácido del estomago, todo esto crea problemas gástricos y úlceras. La ulcera se produce por el consumo de muchos carbohidratos, que están en los granos, sobre todo si se consumen en una sola toma o en varias al día pero donde hay periodos largos entre comidas. Se reduce las ulceras si se deja forraje a libre disposición durante todo el día y repartiendo el pienso en varias tomas y poca cantidad en cada una. El almidón y la azúcar presente en los cereales no debe estar en la dieta del potro, la saliva equina no contiene la cantidad suficiente de la enzima amilasa que rompe el almidón que contiene el grano. Si tiene acceso a la hierba tenemos en cuenta que cuanto más sol haya más azúcar tiene la hierba y no es bueno. Para que consuma menos azúcar lo sacamos a pastar por la noche o a primeras horas de la mañana.

El sistema digestivo del caballo necesita que su alimentación se realice mediante comidas pequeñas a lo largo de todo el día, en estado natural pasa pastando más de quince horas al día. Observamos si cambia su comportamiento cuando se destete, para prevenir cólicos, falta de apetito o algún problema de salud.

       El potro criado a biberón si ha estado pastando puede ser destetado alrededor de los 4 meses. Excepcionalmente y si no hay otro remedio se puede destetar a los 3 meses si el potro está muy desarrollado. Si está un poco débil podemos continuar con leche como complemento hasta los 5 meses. Para destetar al potro criado a biberón, reducimos la cantidad de leche gradualmente, de un litro al día pasamos a 0,5 litros y aumentamos la cantidad de heno.

       Para dar una dieta personalizada y acondicionada a cada etapa de su vida, debemos tener en cuenta los siguientes aspectos y consideraciones:
Desde el destete hasta los dos años la dieta tendrá entre un 14 y un 16 % de proteína y la suficiente energía que deben venir a través de la fibra. La dieta apropiada para el potro se basara en un buen forraje, pasto o heno que tendrá a libre disposición, que ayude a que tenga un buen nivel de proteínas, vitaminas y minerales, junto con un buen nivel de aminoácidos como la lisina.

Forrajes. Lo ideal sería poder aportar todos los nutrientes a través de la hierba del pasto y de forrajes, es lo más parecido de su alimentación natural, puede ser heno alrededor de un 2% de su peso al día, por cada 100 kilos de peso deberíamos aportar 2 kg de heno al día. El forraje tiene diferencias de calcio dependiendo si es heno, paja, alfalfa o forraje de gramíneas. Si hacemos un análisis de la hierba y del forraje obtenemos información sobre el nivel proteínico, niveles de calcio, vitaminas y minerales, así como el nivel de digestibilidad. Si damos suficiente forraje de calidad y agregamos un equilibrador de vitaminas y minerales no sería necesario dar pienso.
  
-El heno es el forraje por excelencia, con el que menos problemas digestivos tenemos, es rico en hidratos de carbono pero pobre en proteínas, por eso debemos añadir un forraje rico en proteínas. Un potro que se alimenta solamente de heno tendrá el llamado vientre de heno (mucha barriga).

-Si no tenemos heno, podemos usar paja aunque tiene muy poco valor nutritivo mejor si la mezclamos con alfalfa o algún forraje de gramíneas, no damos mucha para evitar cólicos por impactación; la paja de avena es muy suave, la paja de cebada es mejor que la de trigo porque la de trigo irrita el tracto digestivo.

       -Forraje de gramíneas es un alimento completo que muchos dejan a libre disposición del caballo, además tiene una proporción calcio-fosforo de 1:1. El mejor forraje de gramíneas es la flor de avena o forraje de avena, es la planta de avena cortada antes de que madure el grano, dejándola secar se conserva en paquetes. Cuando se da este tipo de forraje no se le da ningún tipo de grano.

-Aunque la alfalfa es un forraje valioso en la dieta de los caballos en crecimiento, proporcionando una fuente de energía digestible, proteína de alta calidad y la lisina que es un aminoácido esencial. El caballo alimentado con alfalfa sino trabaja aumentará mucho de peso. Es una fuente de calcio y magnesio, pero no tiene buena proporción de calcio-fosforo, añadiremos fosforo para tener un buen equilibrio entre calcio y fosforo. El grano tiene fosforo. La cantidad de alfalfa que damos no debe exceder de los requerimientos de energía del caballo en crecimiento, el exceso de energía puede ser la causa de enfermedades ortopédicas del desarrollo que incluyen la osteocondritis. Dar más de un 2% de alfalfa en la dieta causa más inconvenientes que beneficios. La alfalfa tiene un 12% de proteína, nunca daremos más de 2 kilos de alfalfa al día y siempre la mezclamos con otros forrajes, incluida la paja. En sustitución a la alfalfa damos forraje de gramíneas (forraje de avena).
La alfalfa tiene azúcar y almidón, sustancias que producen laminitis por eso ponemos cuidado con la cantidad que damos.   

En sustitución o como complemento del forraje podemos proporcionarle pulpa de remolacha y soja que están consideradas como fibra de alta energía,  son muy buenos productos para dar durante el destete.
Además la soja tiene un 80% de digestibilidad, con un 45% de proteína y contiene altas concentraciones de aminoácidos necesarios para el desarrollo muscular y óseo como la lisina con alrededor de un 2,8%. Con 700 gramos de soja al día tendría cubiertas las necesidades de proteína.
La pulpa de remolacha es buena para mantener calmado al caballo, se da en momentos de estrés como en el destete, es un subproducto de la remolacha después de haberle extraído el azúcar, tiene hidratos de carbono. Se suministra en forma de pellet y podría constituir el 30% de su alimentación. Para preparar la pulpa de remolacha se deja en remojo entre 4 y 8 horas poniendo una parte de pulpa y tres de agua. A esta mezcla podemos agregarle pellet de alfalfa deshidratada, avena en grano triturada, salvado en sustitución a la alfalfa. Si queremos que aumente de peso añadimos un poco de aceite vegetal que contenga omega 3, estaría bien aceite de linaza.

       Aceite. Los nutricionistas consideran que el aceite es más segura para alimentar a los caballos jóvenes que los carbohidratos que están en el grano de los cereales. Los niveles de glucosa en la sangre no tienden a elevarse después de la ingesta de calorías de aceite tanto como lo hacen después del consumo de calorías de carbohidratos. El aceite es una fuente de energía que proporciona entre 2,5 a 3 veces más calorías que el grano. No damos más del 6% de aceite en la dieta, si excedemos del 12% se puede alterar el ecosistema microbiano intestinal. Debe contener ácidos grasos omega 3, que tiene el aceite de hígado de bacalao que también tiene Vitamina D fundamental para el desarrollo óseo y articular de los caballos más jóvenes. El aceite de linaza es el aceite con mayor concentración de ácidos Omega 3, este aceite ayudará a un buen mantenimiento de la piel y pelo del caballo, aumento de las defensas y proporciona ayuda para el buen funcionamiento del sistema digestivo.

Los minerales. Son importantes para un buen desarrollo óseo y unos cartílagos y músculos sanos. Se le proporciona una piedra de sal o a un bloque mineral para potrillos. Que exista un buen equilibrio entre calcio y fósforo que será de 1.1-1.25. Si su dieta es alta en alfalfa, al ser rica en calcio deberemos complementar con fósforo en la dieta. Fundamental el magnesio, el zinc y el cobre imprescindibles al tener más de 300 proteínas enzimáticas fundamentales para un metabolismo normal. También el sodio, el yodo y el selenio. Podríamos analizar el pasto para saber qué minerales tiene y administrarle los que falten.

Las vitaminas. Ayudan a un buen crecimiento muscular y a un fuerte sistema inmunológico. En caballos jóvenes sino cumplimos con los requisitos vitamínicos puede reducir las tasas de crecimiento, afectar el consumo de alimento y los predispone en el destete a enfermedades infecciosas. Los destetados que pastan pastos verdes y complementados con suplemento equilibrador de vitaminas y minerales cumplirán con sus requerimientos de vitaminas. Si está alimentando a los destetados en condiciones de sequía, debe prestarse especial atención a su ingesta de vitaminas, porque el pasto es insuficiente para proporcionárselas. La vitamina E está abundantemente en el pasto de buena calidad, en los forrajes disminuye su presencia con el tiempo. Los caballos producen su propia vitamina C en su hígado a diferencia de nosotros no es una vitamina esencial para el caballo. Si el caballo está enfermo o con daño hepático hay que suplementar esa vitamina. La vitamina D producida por el sol, en realidad es una hormona que ayuda a la absorción de calcio y fósforo del intestino, es absorbida por el cuerpo a través de los aceites naturales de la piel. Para producir cantidades necesarias tendrá que estar al sol hasta 8 horas al día, no duchamos con champu al caballo para no eliminar ese grasa de la piel y no obstaculizar la absorción de la vitamina D, por ese motivo tampoco ponemos manta de abrigo. Si no toma el sol tendrá problemas musculares y óseos, depresión, pérdida de apetito y una reducción de sus defensas inmunológicas. La vitamina D2 la recibe de la hierba pero no se mantiene en el heno. La D3 la recibe de la luz solar. El salvado de trigo tiene un elevado contenido de vitamina K, además de otras vitaminas, hierro y fosforo. También la vitamina A está en el pasto y en forrajes como el heno bien curado, si el heno se ha mojado o se ha secado en exceso la vitamina desaparece.

Vitamina A, D, y la biotina juegan un papel en el desarrollo del casco, también los ácidos grasos son necesarios para mantener una barrera impermeable.



       Pienso. El caballo es herbívoro, en libertad no se alimenta de grano. No daremos más de 1 kilo por día por cada 100 kilos de peso, en tres y cuatro tomas durante el día para no perjudicar su sistema digestivo, los caballos jóvenes pueden comer rápido por estrés y no masticar bien, debemos evitar ese estrés para que no se le formen úlceras gástricas. Tenemos que dar un pienso bajo en almidón y azúcar. El almidón son muchas moléculas de glucosa y se encuentra en los granos de los cereales, no nos interesa proporcionárselos porque pueden producir trastornos digestivos, como el aumento de gases y episodios de laminitis. Todos los cereales menos la avena debemos cocerlos antes de dárselos al caballo, machacarlos o tenerlos a remojo solo ayuda en la masticación. ¿Por qué tenemos que cocer el grano de cereales? Porque el almidón se encuentra en el centro del grano, es digerido por enzimas en el intestino delgado para extraerlo cosa que es difícil, por eso se cuecen los granos para que lo digiera y extraiga la energía del grano con facilidad. En los piensos se utilizan cereales como la cebada, hace tiempo se encontraba la variedad cebada caballar que era menos dañina para el caballo, también se usa el maíz y el harina de habas en mínima proporción.
       La avena es un cereal seguro si no excedemos de un 10% de su ración, podemos dársela triturada, si el caballo es mayor la dejamos en remojo con agua antes de dársela, no es mala idea dar avena junto a salvado de trigo porque da mucho volumen y al caballo le va muy bien.

       La dieta. Puede ser pasto o heno a libre disposición. El heno no causa problemas, tenemos la opción muy interesante de dar un forraje de cereales como el de avena, con este forraje no agregamos nada de grano. Si usamos alfalfa como forraje nunca damos más de dos kilos al día junto a otro forraje como el heno o incluso la paja. Con el pienso a base de grano de cereales si no tenemos más remedio que dárselo, tenemos cuidado y no damos más de 2 kilos al día en varias tomas. Tenemos en cuenta lo buena que puede ser el aceite que contenga omega 3 como el aceite de linaza en una proporción no superior al 6% de la dieta. No descartamos la gran posibilidad de suministrar lo que conocemos como la fibra de alta energía que es la pulpa de remolacha y la soja que ésta tiene mucha proteína. Siempre tendrá una piedra de sal a su disposición. Suplementamos con vitaminas y minerales si es necesario. Evitamos las melazas al tener poco valor nutritivo y por contener hongos que perjudican la flora intestinal. Cuidado con las chucherías, los productos químicos, los conservantes y aditivos que pueden afectar a la tiroides. 

       Por último tenemos en cuenta que a parte de lo que le damos de comer está el cómo. Tener todo el día a su disposición un forraje como es el heno es fundamental, cuando repartimos el heno varias veces al día y en montones ocurre que el caballo espera con ansia su comida y la come muy rápido y eso no es bueno, además si hay muchos caballos el más agresivo es el que come más cantidad. Existen las forrajeras lentas, como redes de las que comen pequeñas cantidades. Una vez observe que tenían en un sitio una noria y de ella colgaban redes con forraje, el caballo comía con la cabeza baja y se movía según la noria se mantenía en movimiento. Así se imita a la forma de comer en la naturaleza, con la cabeza muy baja y moviéndose continuamente.
       Espero que os sea de utilidad, no obstante consultar con el veterinario o con un nutricionista de confianza.
       Entre otras fuentes consultadas: thehorse.com y feedxl.com.
       David Muriel Holgado.


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