El cerebro del caballo tiene 9 centímetros de longitud por 6 de
anchura y pesa unos 500 gramos, en su mayor parte está destinado a activar los
mecanismos para que se mueva esa masa de más de quinientos kilos y que se
mueva a una velocidad de hasta sesenta kilómetros por hora. El necórtex en el
caballo evolucionó para que tengan más sensibilidad en labios y boca,
necesaria para pastar. Evolucionaron para
moverse rápido evitando ser cazados, por eso su estomago es pequeño
para no estar pesados y poder moverse con facilidad, necesitando estar comiendo
muchas horas al día, en la estepa
consiguen alimento poco nutritivo y tienen que caminar mucho para
conseguirlo, su cerebro es pequeño porque un cerebro grande necesita para mantenerse
mucha energía y proteínas.
El hombre tiene el cerebro el doble de grande que el del caballo,
en una parte tenemos la razón, la lógica, la imaginación, la planificación del
futuro, el lenguaje. Su cerebelo es más grande que el del humano es el que
controla los movimientos en equilibrio; percibe si ha cambiado cualquier cosa
en el entorno donde vive. La parte que trata las emociones, el sistema límbico
es igual de grande en el caballo que en el hombre. Los animales tienen vidas
emocionales plenas, tienen sentimientos como la felicidad, miedo, alegría,
celos, etc., pueden tener sentido del humor; sienten dolor. No solo los
mamíferos, también las aves y los peces. Si les observamos muchas veces lo
demuestran. Pero sabemos poco de cómo son sus sentimientos, sueños, emociones e
inteligencia. Cualidades que no son exclusivamente humanas.
El cerebro del caballo está programado para la supervivencia. Decimos
la supervivencia del más fuerte, pero sería mejor decir, la supervivencia del
que mejor se adapta. Como especie presa, los caballos tienen ciertos
comportamientos programados diseñados para ayudarlos a mantenerse a salvo de
los depredadores. Toma decisiones basadas en las emociones continuamente, el
miedo cuando huele a un depredador le hace huir, es una respuesta para no ser
cazado. Por eso el miedo y el terror son emociones básicas en el caballo. Su
excitabilidad, es por el miedo. Puede ser el miedo peor que el dolor, el
caballo no analiza para comprender y racionalizar sus miedos, no puede su
cerebro. Se plantea que algo es aterrador, para él significa que está en
peligro de muerte, su deseo fuerte de salir de esa situación. La memoria visual
de algo que produce miedo es más impactante que la memoria verbal, su
pensamiento basado en imágenes le sirve de poco para controlar una situación
que le aterra.
En el
lóbulo frontal del cerebro está el razonamiento. El caballo apenas tiene lóbulo
frontal, por lo tanto los caballos no pueden razonar como los humanos ni hacen planes futuros,
ni preparan estrategias, viven el aquí y ahora. Lo que si hacen es reaccionar
en cada situación.
Su capacidad mental es distinta a la nuestra, no piensa como el
humano. Lo que le enseñamos incluso los trucos lo aprende por condicionamiento o con refuerzo positivo. Tiene una gran
memoria en la que guarda las experiencias positivas y las negativas. Muchas
cosas las aprende mediante ensayo-error. Nos interesamos y preocupamos en
conocer cómo aprende el caballo y que métodos debemos conocer y aplicarlo para
enseñarle para habituarle.
Considerando
que el razonamiento no siempre es útil, en los humanos es responsable de
trastornos psicóticos, relacionados con el odio, la venganza y la maldad.
Antropomorfismo
es atribuir cualidades humanas al caballo. Al caballo no le gusta lo mismo que
a nosotros. ¿Debemos pensar cómo el caballo? ¿Meternos en su mente? Algo
difícil de lograr al ser imposible saber lo que piensa, como lo es saber cómo
piensa cualquier persona, a través de la etología llegamos a conocerle mejor y
actuar según su lógica natural. A todos los hombres nos gusta que nos traten
bien, pues empecemos a tratar bien a los caballos. Debemos tener en cuenta las
características del caballo, cómo es, el instinto de huida y el
ser un animal gregario y debemos conocer a nuestro caballo para tratarlo como
se merece, no todos los caballos son iguales. Pero tendremos presente que
necesitan compañía y que tienen muy arraigado el instinto de manada, en
convivencia con nosotros nos convertimos en otro miembro de su manada. Debemos
aprender a estar en armonía con él.
Lucy Rees
nos dice que es erróneo pensar que los caballos se comportan motivados por lo
mismo que nosotros, que no tienen conciencia de culpabilidad o capacidad de mentir
como nosotros. Que los animales como el perro y el caballo tienen emociones
como nosotros. Sienten el miedo, la alegría y
se entristecen cuando no está su cría o su amigo hermanado. Ser crueles con
ellos es como si lo fuésemos con un niño, pero el perro y el caballo no tienen
entre si las mismas cualidades, son diferentes.
El
caballo no tiene concepto de obediencia ni el de autoridad, en libertad no la
necesitan al disponer de pastos amplios. Busca vivir con seguridad, le encanta
sentirse ágil para poder escapar de los depredadores. No puede imaginar, no
tiene concepto de futuro, no hace planes. Vive el momento, con recuerdos de lo
bueno y lo malo que le ha pasado. Aprecia si ha cambiado algo en su entorno.
Los
humanos somos depredadores, tenemos jerarquías de dominancia, obedecemos y
somos sumisos al dominante. Somos muy controladores, buscamos controlar al
caballo por la fuerza y la dominancia, agarrándole, provocando en él ganas de
escapar de nosotros. Tenemos que usar nuestra imaginación e inteligencia para
superar la diferencia que existe entre humano y caballo.
No tenemos que usar
el antropomorfismo, diciendo que «El sabe lo que le pido pero no quiere
hacerlo, tiene mala intención, tiene mal comportamiento para hacerme enfadar, a
este caballo le falta un tornillo, mi caballo no quiere cooperar, son frases
que los jinetes dicen de continuo». Al caballo le haremos entender lo que
queremos, explicándoselo a la manera que pueda entenderlo, de esta manera
aprenderá.
La mayor parte de las
veces el mal comportamiento, no es más que una molestia o dolor que tiene el
caballo, somos nosotros los que tenemos que averiguar la causa de ese mal
comportamiento.
Los caballos intentan entendernos y colaborar con nosotros, cuando estamos
recuperando a un caballo que tiene resabios, empezamos por enseñarle las
señales nuevas para él. La mayoría de los problemas de comportamiento vienen de
la confusión, la incomodidad, del dolor o de demasiada presión.
También tendremos en
cuenta que cada caballo tiene un carácter y una personalidad, por eso cada uno
tiene reacciones diferentes ante el aprendizaje, puede ser un caballo muy
sensible, introvertido o extrovertido. Por eso debemos adiestrar a cada caballo
con una presión mayor o menor dependiendo de cómo sea su personalidad.
David
Muriel Holgado.
interesante hasta que leemos la última palabra: "personalidad" viene de PERSONA, totalmente errónea la utilización del término cuando nos referimos al carácter de un animal...
ResponderEliminarTienes razón, debería haber puesto Individualidad.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Es imposible separar el condicionamiento de la dominancia.De todos modos ,yo si creo que el caballo reconoce y obedece al dominio.
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