Relamerse, mascar o mover su boca está asociado al estrés y lo
hacen porque en momentos de tensión se le seca la boca, al mover su boca
salivan y se relajan. No solamente lo hacen para bajar la tensión, también lo
hacen cuando se concentran o cuando están plácidamente.
El relamerse puede estar asociado al dolor, a la confusión o al
miedo. El sistema nervioso simpático funciona cuando tiene estrés y el sistema
nervioso parasimpático actúa cuando se relaja. Si un caballo está mascando no
quiere decir que esté completamente relajado, pero si nos indica que va disminuyendo
la tensión que tenía. En el manejo encontramos muchos momentos de estrés,
cuando trabajando le pedimos un ejercicio nuevo, cuando estamos domándole en el
redondo, al ponerle la montura, al intentar que suba a un remolque, etc.
Si el caballo se concentra mucho en lo que está haciendo y le
estamos pidiendo, cuando le felicitamos o reforzamos con comida por lo bien que
lo ha hecho, el caballo mueve su boca y lo hace por haber rebajado la tensión. Realizan
estos actos de mascar y relamerse. Cuando se encuentran dos amigos que han sido
separados hace tiempo, así disminuye la tensión. Cuando lo trabajamos pie a
tierra y al responder le premiamos. Lo hacen lo sementales cuando cortejan a
una yegua y logran cubrirla. Cuando damos un masaje o realizamos grooming rascándole
donde más le gusta. Cuando comienza a quedarse dormido. Cuando le obligamos a
cambiar de situación y no le gusta, como puede ser encerrarlo en una cuadra,
hacerle entrar en un remolque, separarlo de sus amigos, todo esto son castigos
negativos y pueden hacerles entrar en estrés y en ansiedad.
Entonces, el relamerse y mascar es un acto reflejo para reanudar
la salivación, se hace la idea de que ahora puede hacer lo que normalmente hace,
que es comer y salivar, se alivia y suelta tensiones. Junto a relamerse pueden
realizar bostezos y suspiros.
Mastican y lamen abriendo y cerrando su boca, a veces saca y
esconde la lengua con ritmo, lo hacen a cualquier edad, cuando comen, después
de momentos de tensión y cuando juegan los machos.
Los investigadores querían averiguar que sí lamer y mover la
mandíbula como si masticaran era un comportamiento de sumisión. Este
comportamiento nunca es una señal de sumisión porque los caballos no son
sumisos. Ante el agresor el caballo débil se va. Casi siempre lo tienen claro
saben si pueden echar a otro o es el otro el que puede echarle a él.
Muchas veces cuando lo estamos domando, se estresa y se pone en
marcha su sistema nervioso simpático, si dejamos de presionar regresa a su
sistema nervioso parasimpático y empieza a
lamer o a mover la mandíbula, no es cierta la interpretación del humano
de que el caballo se está entregando o que está mostrando su sumisión, es una
actitud natural que realizan después de una situación estresante, no es una
muestra de sumisión.
En una sesión de Coaching con Caballos experimente que un caballo
lamia constantemente las manos de los presentes, la interpretación es variada,
pudiera ser que estuviera pasando una tensión mental y emocional por la
presencia de tanta gente y tantas energías juntas. Antes de lamer es posible
que tuviera un momento de estrés secándosele la boca y lamiendo soltara
tensiones y comenzara a salivar.
En otra ocasión en la que no había tanta gente como en el caso
anterior, fui a ver a una yegua que nos la cedían para hacer terapias con caballos,
estaba en un corral grande, después de un rato se acerco a mí y comenzó a
lamerme las manos. Yo hago mi interpretación, la yegua se estreso por mi
presencia, pero al ver que no tenía motivos para estar tensa se acercó y
lamiéndome me quiso decir que estaba de acuerdo en que estableciéramos una
relación de amistad. También percibió que pronto dejaría de estar con las
personas con las que hasta entonces había vivido.
Los potros pequeños en presencia de caballos adultos, ante
personas que no conocen o delante de objetos nuevos, mueven la boca con ritmo
con su cuello estirado y a veces dobla sus rodillas. A este gesto se le llama “boquear”
y nos quiere decir: «soy muy pequeño, me rindo… no me hagas nada».
Todos los caballos salvajes realizan el acto de lamer y mover la
mandíbula, no solamente los débiles, también los que agreden y acosan, se ha
observado que estos últimos lo hacen más. Los comportamientos antes de masticar
eran por tensión y después de masticar estaban relajados. Lamen o mastican sin
comida cuando están relajados, pero ¿mastican cuando se relajan? o ¿mastican
para relajarse?
Fuente consultada: https://equitationscience.com
David Muriel Holgado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario