Tenemos que estar preparados y
saber actuar si se presenta algún imprevisto, puede ocurrir que la madre muera
en el parto, que la yegua rechaze al potro, que haya perdido los calostros
antes del nacimiento y solo tenga leche para ofrecerle al potro. Podemos buscar
a una madre nodriza para que lo críe, o lo criamos nosotros con biberón, etc.
Vamos a ver cada situación.
En el caso de que la yegua muera en el parto, puede que
haya alguna yegua cerca que haya perdido a su potro y pueda amamantar al
nuestro. Si encontramos a su nueva madre, deberá tener el mismo tamaño y peso
que su madre biológica, porque si es muy grande como pueden ser las yeguas de
tiro, producirá mucha más leche de la que el potro necesita y crecerá más
rápido de lo que deseamos, teniendo algún que otro problema de desarrollo.
También debe coincidir el tiempo de lactancia porque la leche cambia de
composición dependiendo de la etapa, por ejemplo en la primera etapa es alta en
proteínas, grasas y lactosa. Con una madre adoptiva estará más protegido y le
enseñara lo que necesita el potro, a pastar y a respetar los espacios de los
demás miembros de la manada, etc.
Hay ganaderías que usan para
yeguas nodrizas a yeguas que han sido rescatadas. Estas yeguas tienen que ser
muy tranquilas, buenas madres y que anteriormente hayan tenido y criado al
menos otro potro en su vida. Se la medíca para que produzcan leche y para que
aparezca el instinto materno, aceptando de buen grado al potro huérfano. Bajo
la supervisión y las ordenes del veterinario, éste nos mandara usar un gel oral
que se da una vez al día, este gel contiene domperidona que hace aumentar la
producción de leche, en tres o cuatro días comienzan a producir leche llenándose
la ubre. Justo antes de presentar al potro de acogida a la yegua se le ha
administrado una inyección de oxitocina y prostaglandina, para que lo acepte de
buen grado. Después se le hace un masaje vaginal y cervical para estimular su
instinto de madre, pasado unos minutos la yegua baja la cabeza y acepta al
potro, a este gesto se le denomina “Reflejo de Ferguson”. En las primeras horas
de vida se debe suministrar calostro porque este tipo de lactancia produce
leche pero no calostro y después le daremos leche con biberón hasta que
produzca leche, que puede ser durante una semana. Tener al potro con la yegua
durante el tratamiento hormonal hace que lo acepte con más facilidad.
La madre puede rechazar al potro. Se
da muy pocas veces, con más frecuencia en las primerizas con poca experiencia y
en yeguas que no han visto nunca a un potro, le tiene miedo y se sorprende. También
puede rechazarlo por dolor o porque no tenga leche; porque el potro esté
enfermo; puede rechazarlo por no reconocer el olor que desprende el potro
después de haber sido tratado con medicamentos. A veces el rechazo viene por
las interferencias en el parto provocadas muchas veces por nuestra presencia.
Hay quien afirma que en la raza árabe se da un porcentaje más alto de rechazo,
sobre el 5,1%.
La yegua que rechaza al potro carece
del comportamiento maternal que consiste en lamer, acariciar, proteger y
facilitar que se amamante. La yegua echa sus orejas para atrás, sacude la cola,
el potro va hacia ella tambaleándose y ella se aleja de él, puede patearle,
morderle y echarlo. Evidentemente hay yeguas mejores madres que otras y esto
depende de algunos estímulos sensoriales y de hormonas como la oxitocina. Retiramos
al potro de la madre, la ordeñamos y le administramos el calostro con biberón o
a través de sonda nasogástrica para asegurarnos de la transferencia pasiva de
inmunoglobulinas. Seguimos ordeñando a la madre y le damos la leche cada dos
horas.
Para que acepte al potrillo,
llevamos a la yegua con ramal, una valla de por medio para que lo pueda oler
pero no pueda patearlo, el potro podrá acercarse a la ubre y mamar. Premiar a
la yegua si se comporta bien. También se puede encerrar al potro en la cuadra,
en una esquina protegido por barras, se ordeña a la yegua y le damos la leche
con biberón cerca de la ubre de su madre.
El veterinario podrá tratar a la
yegua para que cree vínculo con su potro, administrar prostaglandina que se usa
para inducir el estro en yeguas, a los 20 minutos sudara, tendrá calambres y
producirá leche, una persona lleva a la yegua y otra lleva al potro, se ponen
con las cabezas cerca y la yegua puede que acaricie al potro, la persona que
lleva al potro lo pone para que se amamante, normalmente aceptan al potro en 15
minutos y luego podemos dejarlos solos.
Algunas yeguas no aceptan nunca a
sus potros, entonces actuamos de la misma manera que si la yegua muere en el
parto. También podemos hacer que tenga leche otra yegua, como indique antes, tienen
que haber criado al menos una vez, que tenga un temperamento calmado y que se
deje manejar sin problemas.
Otra situación que se nos puede
presentar es que su madre muere pasados varios días por un cólico o una
hemorragia uterina, el potro con pocos días de vida tiene que seguir recibiendo
leche en su alimentación. Nos aseguramos que ha recibido el necesario calostro
en las primeras horas. Si tiene un nivel aceptable de inmunoglobulinas le
proporcionamos leche a través de una yegua nodriza o lo criamos a biberón con
leche comercial para potro.
También se da el caso de que la
madre no produce la leche suficiente o la adecuada, por tener mastitis o
infección del útero. Hacemos lo mismo que en el caso anterior. Si tiene
mastitis o infección de útero, trataremos a la yegua para que se cure. Si el
potro no tuvo la oportunidad de beber los calostros, le proporcionamos calostro
en las primeras horas de vida, después, o le conseguimos a una madre que lo
adopte, o lo criamos a biberón. Si lo criamos con biberón el potro puede vivir
con su madre si no molesta a su progenitora.
Al potro huérfano le hacemos un
análisis de heces para controlar los parásitos, así desparasitamos
adecuadamente, podemos dar un antiparasitario a las seis semanas de vida. Consultamos
con el veterinario que nos marcara un plan de vacunación, por si cree
conveniente vacunar contra enfermedades infecciosas o enfermedades transmitidas
por picaduras de insectos. Vacunamos contra tétanos al día o a los dos días de
nacer. Al principio estará cubierto si recibió el calostro de la yegua que fue
vacunada hasta tres meses antes de que naciera el potro.
Páginas consultadas thehorse.com y
feedxl.com
David Muriel Holgado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario