miércoles, 2 de octubre de 2019

EL CABALLO ANTE LA MUERTE.


Se sabe muy poco de la muerte de los caballos y de cómo la perciben. Caballos que mueren siendo mayores muchas veces es por un fallo cardiaco. En ocasiones mueren muy intranquilos y coceando. Se han encontrado restos de caballos en zonas pantanosas, el caballo percibe cuando está cerca la muerte y se retira de la manada acercándose a estas zonas. Al ser seres emotivos e inteligentes que sienten y son conscientes de lo que pasa en su entorno. Se entristecen por la ausencia de un amigo.
La manada reacciona cuando uno de los suyos muere, lo tocan, lo muerden, le dan con sus patas, para que se mueva. El duelo puede existir en los caballos con una determinada duración. Si tienen amigos hay vínculos profundos con ellos y al no moverse y al desaparecer se rompen estos vínculos, viene la tristeza y la pena por haberse ido su amigo. No se sabe si tienen consciencia de la muerte de la misma manera que nosotros, posiblemente sea distinta.
Un cazador dispara a un ciervo que se encuentra con la manada, lo mata, los demás se asustan por el ruido del disparo, pero cuando ven que no hay peligro continúan comiendo.
¿Los animales comprenden la muerte? Una leyenda africana dice que los elefantes regresan a sus cementerios para recordar a compañeros, tocan y huelen los huesos, cosa que no hacen con los huesos de otros animales. Se puede ver que arrastren a un joven elefante muerto entre todos los de la manada y así llevarlo en cortejo fúnebre hasta donde desean que descanse.  
Una historia de Anselmo García Magdalena, La lealtad de la manada de “asturcones”, una yegua se despeño y murió en el acto, toda la manada la llamo hasta que se dieron cuenta de que no volvería.
Una cebra que está con su cría es atacada por un guepardo, consigue alcanzar al potrillo y darle muerte, la cebra ataca al guepardo y no deja que se acerque a su hijo, está con la cría varios días hasta que se da cuenta de que no volverá a levantarse, el guepardo ha estado esperando tiempo para poder comer la presa, pero como hace mucho calor el cadáver se pudre y el depredador se va del lugar, sin probar bocado.
La yegua cuando pare al potrillo, lo huele, lo lame y le quita la bolsa que envuelve al potrillo recién nacido, se crea un vínculo entre ambos, la yegua no olvidará el olor del potrillo nunca, si se va y vuelve dentro de un tiempo lo reconocerá, y si por alguna circunstancia muere la cría, la madre quedará con el cadáver durante varios días. Pero si el potro ha muerto al nacer, no lo echara de menos porque no lo ha oído y no lo ha olido vivo, aún no se ha creado el vínculo.

Observando las manadas de caballos salvajes podemos apreciar que la dinámica del grupo cambia cada vez que existe un cambio en sus miembros, sea porque algún caballo abandona la banda o muere alguno, o bien, porque se une al grupo algún caballo que viene de otra banda.
En ocasiones caballos que pasan mucho tiempo nerviosos, con la muerte del que tanto estrés le causaba, su comportamiento se vuelve mucho más tranquilo. La causa de su nerviosismo y ansiedad era  provocada por la convivencia con ese miembro. Los caballos sueltos que viven sin la intervención del hombre a veces pueden elegir con quien estar, de ahí viene la cohesión del grupo, pero también ocurre que el semental de la banda agrupa yeguas que no se llevan bien entre ellas y aparecen siempre separadas una de la otra; o que el semental consiga alguna yegua, pero esta no se ve atraída por ese semental y cuando necesita se va de la banda para aparearse con el semental de otro grupo aunque vuelva después a la banda.
Podemos afirmar que la muerte o el abandono del grupo de un caballo puede producir un cambio de comportamiento en algún miembro de la banda o un cambio en la dinámica y personalidad de la banda. 
Por lo tanto cuando formamos un grupo de caballos domésticos que conviven juntos, para una cohesión y buen entendimiento de todos los miembros del grupo, tenemos en cuenta sus personalidades para juntarlos convenientemente para que no haya conflictos.
            El hombre siente la muerte de un caballo y las emociones que aparecen son la tristeza, la soledad, el enfado, etc. La relación con los caballos será mejor si somos empáticos, el ponernos en su piel nos hace ser compasivos y amarlos. Es bueno lidiar con estas emociones.
¿Un caballo puede sentir la pérdida por muerte de un amigo? Puede sentir una sensación de pérdida de un amigo y tener ansiedad, tristeza, etc. ya sea porque el amigo abandona el lugar o porque muera. En esas ocasiones nos ponemos en el lugar del caballo y hacemos todo lo necesario para que se sienta bien.
Cuando un caballo ha muerto, los otros miembros se dan cuenta de que algo ha pasado, podemos dejar que vea a su amigo muerto, que se acerquen al cuerpo, que lo huelan y que hagan lo que quieran. Puede que resoplen y que se muestren atemorizados por la presencia de su amigo muerto.
Historias sobre caballos salvajes en Oregón, frontera con California. «Una yegua con su potro pequeño al que sigue amamantando, estaba muy delgada, la yegua se acerco a las personas que estaban observándolos, estas apreciaron que necesitaba desparasitarse, prepararon una mezcla con Ivermectin junto con avena, la yegua comió la mezcla y mejoró engordando. Esta yegua es una yegua importante en su banda, otro día y en agradecimiento la yegua se acerco a las personas llevando a toda la familia incluido el semental para presentárselos. Se creó un vínculo especial entre caballos y humanos. Los humanos siguieron visitando y observando a los caballos salvajes, interactuando con ellos con una conexión comunicativa de empatía, se podría decir que establecieron un diálogo coherente con los caballos salvajes.
            Después de un tiempo los humanos volvieron al territorio donde estaban los caballos, cerca de un manantial una yegua se acerco a ellos y reconoció el olor de una de las personas. Los caballos actuaban como si algo importante estuviera pasando. Había un caballo tumbado en el suelo al lado de un enebro, era una yegua conocida por las personas, la yegua les miró, estos observaron que tenía en muy mal estado una pata que se había cortado con alambre de espino y estaba muriéndose. Cerca de la yegua herida había muchos caballos, el semental se acerco a la yegua, esta, levanto la cabeza y el semental acerco su hocico oliéndola, después todos los miembros de la banda hicieron lo mismo. Los humanos estaban presenciando un ritual sagrado en el que los caballos se despedían de la yegua herida, vieron conveniente retirarse para no interponerse en la despedida.   
            Pasadas unas horas volvieron al lugar y comprobaron que la yegua herida de muerte, había podido moverse a un lugar donde le podía dar el sol, para morir ahí. Junto a ella de vigilia estaba un semental joven, realizaba un relincho que más parecía a un llanto inquietante, penetrante que parecía un lamento muy triste. Resulta que este semental soltero fue compañero de juegos de la yegua desde que eran potrillos, ahí permaneció guardándola».
            Fuentes consultadas:
https://www.horseandhound.co.uk/horse-care/horse-care-tips/do-horses-grieve-feel-loss-644513

            David Muriel Holgado. 

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