miércoles, 17 de abril de 2019

ASOCIACIÓN GREDOS DE AYUDA A LOS CABALLOS.



El 15 de abril se presentaba intenso. Con motivo al lanzamiento y promoción de mi libro “Conocer y sentir al caballo”, que muchos ya habéis oído hablar de él, visite en Gredos a una Asociación protectora de caballos. En este viaje del caballo me encontré con personas especiales y paisajes maravillosos. Una de esas personas es Carmen que cuida con devoción a los caballos que ha ido recibiendo en su Asociación y a los que nunca puede decir que no. Tiene un total de quince y prácticamente está sola para atender a todos, un trabajo gratificante pero muy cansado. El lugar es un sitio idílico de prados deseados por cualquier caballo situado entre Piedrahita y Barco de Ávila muy cerca de Barco, al circular por esta carretera N-110 puedes parar a reponer fuerzas en la Venta de San Lorenzo en el pueblo de San Lorenzo de Tormes que Antonio te hará pasar un rato gastronómico inolvidable.
En este pueblo es donde Carmen tiene a sus caballos en tres prados distintos, en uno tiene a seis de los que menos cuidados requieren, entre ellos un caballo tordo tan maltratado que me recibe con las orejas aplastadas y no para decirme fuera de aquí sino para pedirme que no le agreda y muerda sus orejas, después solamente quiere recibir mimos; en otro tiene a una yegua y a un potro de cuatro años que recogió hace tiempo y no hace mucho nació de la unión de esos padres un potrillo precioso con una estrella en la frente que dará mucho que hablar, es un mimoso al que hay que enseñarle las normas sociales para que respete tu espacio; en el último prado tiene a los que necesitan cuidados especiales, una pona blanca que tiene una lesión en su mano, una yegua alazana que tiene mucha artrosis que se le agrava con una lesión en su mano derecha, esta yegua dice Carmen que llego muy deteriorada y que poco a poco se recupera, otro caballo alazán tiene la enfermedad de Cushing suele darse en caballos mayores, este se distingue de los demás porque tiene mucho pelo al no poder cambiarlo, otros dos están muy delgados y necesitan una alimentación especial porque su dentadura no les permite comer heno, a estos también al estar muy viejitos y muy flacos en las noches de invierno les pone una manta para abrigarlos. La acompañe en su C15, recorriendo los caminos para llevarles agua en unas garrafas que llena en el caño del pueblo y lleva a los prados que no tienen pozo. Se tiene que tener mucha pasión por los caballos para realizar este trabajo tan encomiable. Dice Carmen que ha dejado de hacer rutas a caballo y ahora se dedica a ellos en cuerpo y alma, además le encanta explicar a los niños todo sobre los caballos, estos pequeños son los que aún guardan esa inocencia y sutileza muchas veces necesaria para estar y entenderse con los caballos.
En las imágenes que acompaño veréis que es verdad lo que digo.
Gracias Carmen.
El libro que he escrito lo puedes comprar en la Asociación.
Necesitan padrinos para sus caballos rescatados entra en su página web:

David Muriel Holgado. 

















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