Muchas veces nos preguntamos, ¿Qué le pasa a mi caballo? ¿De qué se ha asustado? ¿Por qué hace eso? El comportamiento del caballo se debe a la evolución que ha tenido durante más de cincuenta millones de años, el hombre que está con caballos debe conocer como funciona su mente y entender su comportamiento.
La vida del caballo es muy sencilla, se encuentra seguro si está acompañado, se hermana con otros caballos, así recibe más información e interpreta mejor las señales. La libertad y la compañía es fundamental para él. Si están encerrados se estresan al no poder huir del peligro. Necesita de sus pies para huir, por eso los cuida tanto, evitando superficies con fango y con agua, tendrá cuidado al dar una patada para no dañar sus cascos. Tienen un lenguaje corporal con señales muy claras, en manada unos vigilan y otros comen, están seguros, cuando perciben algún peligro se comunican entre ellos y huyen hasta un lugar seguro, coordinándose y sincronizando sus movimientos. No ataca a otros animales, no consiguen con esto ningún beneficio, a los animales desconocidos los evitan al poder ser peligrosos. En libertad tienen comida abundante por eso no discuten por ella, pasan pastando más de quince horas al día. A los lugares nuevos, si no hay peligro, se habitúan rápido.
Instinto de Huida: Cuando perciben algo que les asusta, antes de pensar en la situación, huyen, pone distancia entre él y el peligro, cuando considera que éste ha pasado sigue con su vida normal. El instinto del caballo ante un peligro es la huida, huye de las cosas que cree que le pueden causar grave daño. Ellos saben de lo que tienen que huir y de lo que no, esto varía dependiendo del animal, del tiempo, de la experiencia, del trato que recibe y de la manera que utilicemos para desensibilizarlo. Cualquier negativa a algo que se le pide, como ponerle la cabezada, la silla o como levantar una extremidad, son estímulos de los que les merece la pena huir. Otros animales de presa como las vacas tienen cuernos para defenderse, por eso tienen otra actitud ante el peligro.
Altamente perceptivos: El caballo tiene una cualidad que le permite una detección rápida de los depredadores y huye de estos. Tienen un órgano cerca de su nariz con el que identifican olores y las feromonas con las que se comunican entre ellos. Perciben de una forma particular los colores y las formas. Si ven una cosechadora, con el ruido que hace y sus rodillos dando vueltas, el caballo lo percibe como si fuera un monstruo que viene a por él, como no huir de esa situación. Perciben muy bien el movimiento y a gran distancia. Continuamente se comunican y se expresan a su manera, nos indican si están tranquilos, asustados o ansiosos.
El olfato: Tienen un excelente sentido del olfato. Detectan enseguida si se le incluyo algo no habitual a su pienso. Puede seguir la pista de otros caballos olfateando su rastro.
Oído: Sus orejas se orientan en todas las direcciones, así saben de donde viene un sonido, fundamental para sobrevivir en la naturaleza, perciben varios sonidos independientes. Si van varios caballos juntos, dependiendo del lugar que ocupen en el grupo así será la posición de sus orejas.
El tacto: Un sentido muy delicado, siente una mosca que se posa y le puede ser muy molesta, con vibraciones de su piel pueden espantarla. También se puede irritar por una montura mal colocada. Todo el cuerpo del caballo es tan sensible como la yema de nuestros dedos.
El gusto: Cuando se le introduce una medicina en el pienso a veces la rechazan porque detectan un sabor distinto. Cuando están pastando, por su olfato y gusto, comen las plantas que les gusta, despreciando el pasto en mal estado, de esta forma no comen las plantas venenosas.
La vista: Los ojos del caballo colocados a los lados permiten ver casi en los 360 grados, tienen delante y detrás un pequeño ángulo en el que no ven nada, donde vamos montados ahí no nos pueden ver. Ve de noche muy bien y los colores pasteles durante el día. No tienen una buena percepción de la profundidad. El ojo humano tarda en enfocar los objetos cercanos y luego los lejanos. Diferentes partes del ojo del caballo tienen enfoque diferente, usan su parte superior para ver de cerca y la parte inferior del ojo para ver de lejos, por eso levanta la cabeza para ver algo que está lejos y la baja para ver algo que está cerca, cuando sale de un remolque marcha atrás, baja su cabeza para ver donde pisa.
Reacción rápida: Tenemos que conocer que sus respuestas son muy rápidas, por su instinto de supervivencia. Debes estar pendiente siempre de las reacciones de tu caballo. Puede ser el animal más rápido en reaccionar, ante un toro en el rejoneo aunque el toro actué antes que el caballo, éste lograra ponerse a salvo. Esto le es muy útil para huir de los depredadores. El hombre que está con los caballos debe tener en cuenta esta característica, porque no nos dará tiempo a reaccionar ante estas situaciones, si un caballo quiere huir cuando lo llevamos del ramal no podremos reaccionar a tiempo, al igual que si quiere golpearnos no podremos evitar una coz.
Aprendizaje rápido: Su instinto es huir para salvar la vida por eso aprende rápido. Es el animal domestico que más rápido aprende. Aprenden lo bueno y lo malo. Cuando no aprende algo que deseamos habrá que analizar la causa y el responsable.
Muy buena memoria: Después del elefante es el animal que mejor memoria tiene. Almacena en su mente sus experiencias, las buenas y las malas. Los caballos aprenden siempre desde recién nacidos hasta la muerte. También almacenan los objetos y a las personas que por su comportamiento le supusieron un trauma, creando dificultades en la doma si estos traumas no desaparecen. Recuerdan exactamente el sitio donde un día se paro y para hacerle andar nos pasamos con las espuelas, justo ahí se parara porque tiene un recuerdo negativo, a esto se le llama “efecto sitio”, en su doma lo tendremos en cuenta, si le enseñamos a parar en un solo sitio siempre parara ahí aunque no se lo pidamos.
Animales de manada: Necesitan vivir en manada, en el prado si hay varios caballos se reparten el trabajo de vigilar, mientras otros comen. Cuando está con nosotros se forma una pequeña manada de dos, el caballo y nosotros. Cuando actuamos con nuestro caballo en esta manada de dos, nosotros establecemos la jerarquía (entre comillas), demostrándole que somos capaces de guiarle.
Lenguaje corporal: Es la forma de comunicarse entre ellos. Debemos comprender su lenguaje, sus movimientos, la forma en la que se sitúan en un espacio, el movimiento de su cola, el movimiento de sus orejas, el movimiento de su cabeza, si la lleva alta o baja, ver como tiene de relajada su boca y su mandíbula, el movimiento de sus extremidades, observando todo su cuerpo podremos saber qué nos está indicando con cada movimiento. Nos estará indicando que quiere estar a nuestro lado, que nos vayamos, o que nos acerquemos más, que tiene miedo, que le estamos molestando o que está tranquilo. También es la forma que tienen de expresar sus sentimientos y estados de ánimo. Tienen la capacidad de leer nuestro cuerpo, la forma de movernos y nuestros gestos. Nosotros nos movemos como depredadores, debemos tener la capacidad de mandarles información adecuada a nuestros deseos. Cuando les hablamos no entiende las palabras, ni lo que le decimos, pero si perciben los tonos, si son agradables o desagradables, conoce las ordenes habladas porque se las hemos repetido muchas veces.
Siguen al líder: No tienen concepto claro de la dominancia, por regla general no aceptan al dominante. El líder puede ser la yegua de mayor edad y estas precisamente no son las más fuertes físicamente. Necesitan al líder para que les indique donde comer o beber, si es necesario huir. No siempre actuara de líder en la banda el mismo miembro, se ha observado que cualquier miembro que actúe con determinación sabiendo donde va, el resto de los miembros lo seguirán. Nunca les falla, se pueden fiar de él, controlara los movimientos de la banda. Podemos ser el líder de nuestro caballo aunque seamos predadores, nos tendremos que mostrar tranquilos, pero seguros, no utilizaremos la violencia, seremos un buen guía para nuestro caballo, a veces si hay otros caballos, el nuestro querrá estar con ellos y no se dejara manejar. El semental tiene la misión importante de proteger a todos los miembros de la banda, mantendrá a todos unidos.
Sobre el control del movimiento. En la manada el que tiene el control del movimiento es el mejor considerado dentro de la comunidad. Las yeguas de más edad saben mucho e esto, con sus gestos y posiciones obligan a los demás a estarse quietos o ponerlos en movimiento. El hombre puede aprender a controlar el movimiento de los caballos, así podrá llegar a ser el líder, aunque la manada sólo sea de dos, el caballo y el hombre. Una manera fácil para calmar al caballo es caminarlo del ramal haciendo círculos pequeños.
Fácil de desensibilizar: El caballo depende de la huida para mantener su vida. En su vida se va desensibilizando de las cosas que les rodean al comprobar que no son peligrosas para él. Si no pudiera desensibilizarse estaría corriendo continuamente. Presentaremos de forma ordenada el estimulo que queremos desensibilizar, lo dividimos en fases, empezamos por la primera y si al presentárselo reacciona con huida retrocedemos, utilizando la técnica de avance – retroceso, continuamos hasta completar la fase, seguidamente pasamos a la fase siguiente.
Precocial: Justo después de nacer tienen la capacidad de levantarse, seguir a su madre y buscar entre sus patas donde mamar. Todos sus sentidos están en funcionamiento, reaccionan con rapidez, son precoces por naturaleza para evitar que otros animales les cacen, aprenden rápidamente a valerse por ellos mismos y a huir cuando hay peligro. En los primeros días del potro podemos enseñarle muchas cosas y desensibilizarle. Nos damos cuenta que los perros y nosotros, ambos somos predadores y tardamos muchísimo más.
Buenos coordinándose y sincronizándose: Coordinarse es una característica de los caballos, cuando hay peligro huyen, coordinando la huida sincronizan sus movimientos, no se atropellan y todos van con el mismo aire, si el que dirige la huida va al trote, todos van al trote. En manada los potros jóvenes se coordinan en sus juegos. Su deseo de coordinación es la base para que podamos manejar y montar caballos. El caballo se coordina con nosotros, si estamos tensos, vamos a provocar que él se tense. Cuando tienen confianza con nosotros, sincronizan sus movimientos con los nuestros como si fuésemos otro de su manada. La sincronización voluntaria es la base de la verdadera doma natural. Pie a tierra camina, gira y para con nosotros. Montados acompañamos sus movimientos, si queremos que mueva los pies movemos los nuestros, si queremos que pare sus manos, paramos las nuestras.
David Muriel Holgado.
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